Quieres casarte conmigo? es la oración que muchos hombres temen decir, y antes de que esas palabras salgan de su boca, consideran muchos aspectos que cambiaran en su vida. La economía, la libertad y otros aspectos a los que no quieren renunciar hacen que le huyan a ‘compartir’ su vida con otra persona.
Casarse es sólo para valientes, y requiere de una gran capacidad de maduración, señalan algunos.
El hombre que no quiere casarse se llena de excusas y se escuda en muchos motivos. Cuando no está listo emocional y psicologicamente para el matrimonio comienzan las dudas y las negativas.
Existen algunos motivos certeros -concientes e inconcientes- que hacen que ese hombre tema al matrimonio:
- Miedo a las responsabilidades
Para los hombres casarse implica una enorme responsabilidad, ya que socialmente tienen mucha presión. Temen ser Jefes de familia y, aunque su mujer trabaje y sea independiente económicamente, la carga social y la responsabilidad económica ya no es la misma.
La inmadurez emocional puede marcar fuertemente este miedo, que muchas veces suele estar acompañado por el temor a ser padres (“si me caso ella querrá tener hijos pronto”).
Los hombres tienen como prioridad construir un futuro sólido. Ser padres y esposos está después.

- Presión económica
El hombre naturalmente es proveedor, por lo que para él es muy importante establecerse económicamente antes de formar una familia. Está en sus genes. El hombre es el que hace milenios salía a cazar y traía lo que había recolectado; aunque esto suene retrógrado está en los genes masculinos el sentirse sólidos materialmente.
Sienten que si se casan aún sin cumplir sus objetivos económicos o laborales tal vez les cueste más aún llegar a la meta.
El hombre naturalmente es proveedor
- Comodidad
Los hombres temen salir de la zona de confort en la cual estaban hasta ahora. Así fuera que viva con sus padres o solo, paso de una vida de soltero a una vida de casado implica una serie de cambios de hábitos y rutinas que no todos los hombres están dispuestos a ceder.
La zona de confort es una falsa ilusión que se confunde con bienestar. Los hombres pierden cosas nuevas por el temor a experimentar cambios.
Los hombres temen salir de la zona de confort
- Temor al fracaso
Muchos hombres temen que el matrimonio pueda terminar con lo bueno de la relación. El divorcio es un fantasma que acecha a muchos matrimonios en la actualidad, por lo que es habitual que los hombres teman al compromiso y responsabilidades porque en el fondo lo que temen es al fracaso.
El temor al fracaso está latente, por eso muchos prefieren dar un paso al costado y se toman más tiempo para pensarlo.

- No es la indicada
La comodidad suele confundir a las personas, y puede suceder que si un hombre evade el matrimonio es porque simplemente no esté completamente enamorado de esa mujer, y que aun así continúe en la relación porque todo marcha bien y están “cómodos así”.
Una de las opciones más elegidas para “probar” la compatibilidad en la pareja antes de casarse es la convivencia. Superada esta instancia están listos para el gran paso, pero si él muestra algunos de los “síntomas” mencionados no sería conveniente forzar la situación.
El matrimonio es una decisión de a dos, por lo que antes de forzar nada es conveniente dejar que todo fluya para que sea una resolución consensuada y no haya reclamos a futuro.
Pero eso sí, ‘Si hay una mujer merodeando por ahí y le atrae, hará todo lo posible para no pedir a su novia casarse’.
La comodidad suele confundir a las personas.
- Adiós a la libertad
Temen que las noches de fiestas con amigos e independencia económica lleguen a su fin. Ya no podrán entrar y salir de su casa sin que nadie les diga nada, para ellos la palabra ‘casado’ adquiere otro significado. ‘Es un engaño creer que el compromiso les quitará la libertad. ¡No se engañen! Si saben trabajar una relación, serán felices y no perderán la libertad’.
Sabías que:
El término gamofobia se deriva de dos palabras griegas: “gamos” que significa matrimonio, y “phobos” que significa miedo o temor.